sábado, 26 de julio de 2008

La metamorfosis social. De cuando el indígena se vuelve indigente...


La Introducción (el origen del pensamiento).

Hace un año, emprendí el viaje a Chiapas. Una sacudida de la vida me convenció de formar parte de una loca brigada de estudiantes, una brigada multidisciplinaria. Afortunadamente todo fue rescatable, desvarios, infortunios, tropiezos, discusiones, equívocos, malentendidos... jajaja toda una sopa inconsciente de actos y manifestaciones de verdaderos personajes.

Estuvimos dos meses allá, visitando comunidades indígenas, conviviendo con esas personas que de tontas (como dice el gobierno) no tienen nada. La combinación de colores, figuras, olores, costumbres, acciones, pensamientos y formas de vida tan diferentes, seguras y llenas de sentido deslumbraron mi panorama.

El Desarrollo...

En las comunidades indígenas pues las imágenes son parecidas: escacez de agua, falta de ingresos, miradas tristes, miradas alegres, quietud, euforia, preguntas... muchas preguntas...

Es gente fuerte, aguantadora, con la piel requemada, el olor a maíz y a sal los acompañan día con día. Son dueños de sí mismos y de lo que los rodea, hasta la más infinita comunidad, defendiendo sus terrenos, sus familias, su futuro incierto. Son personas que no esquivan la mirada.

Sólo que toda esa magestuosidad aunque a veces lacerante... se convierte en un fenómeno en donde el origen se enfrenta al avance de la modernidad, a los estereotipos y a la despersonalización en cuanto al origen, costumbres e ideología. El mismo estado de Chiapas tiene sus divisiones sociales y raciales. En la parte central-norte hay muchos más indígenas, más comunidades que en los alrededores, claro, el turismo y todo los males que acarrea ha ido invadiendo tanto el terreno como las cabezas.

Lo que me encontré en Comitán fue aterrador... fue como regresar al D.F. viendo a indígenas pidiendo limosna en el metro y calles. En esta ciudad, es donde se percibe a un indígena maltratado por otros y por sí mismo, entre su origen y lo que le golpea la cara: su inadaptabilidad al medio, contraste entre la manta, el huarache, el sombrero, el reboso / las botas, las pieles, las gafas. Y fue ahí donde me pregunté: ¿En qué momento el indígena se convierte en indigente? dejar la milpa, la tierra, por el alboroto de la ciudad; son mirados por los turistas, reflejando el estado que presenta quien mira el exhibidor de un circo. ¿En qué momento el indígena pierde la esperanza, se despersonaliza, se adhiere a las calles, agacha la mirada y extiende la mano...? No soporté mucho. De km. en km. se ven los desequilibrios, es como pasar a un mundo y a otro, es como transportarte.
También vi a hombres y mujeres disfrazados... si, disfrazados, con ropa modernizada, con rasgos indígenas, y acento pero con máscara a fin de cuentas. Y, curiosamente a veces les daban unas monedas a sus iguales, pero que a diferencia de ellos, se hallaban en el piso, sin mirarlos.
Es extraño ¿no?, yo diría que bastante frustrante, ¿cómo quieren vender la idea de un país multicultural, que vale por sus indígenas?, que molestia... Quieren resolver todo con dinero, ¡como si eso sirviera!, les dan dinero mensualmente y no se ocupan del alcoholismo, de los homicidios, de los suicidios, etc. no es dar dinero, no lo es.
Recomiendo que la próxima vez que vayan de viaje a los estados del país, visiten las comunidades indígenas, respeten sus límites y sus ideas. Verán con que buenas anécdotas regresan...
Ahora que vayan en el transporte público o en las calles y vean a un indígena pidiendo limosna, pregúntense lo mismo que yo: ¿En qué momento el indígena se converte en indigente? podrían ayudarme a construir una buena teoría...